Casi 200 países se reúnen en una cumbre clave para la lucha contra el cambio climático. En su enfático discurso de apertura, Arnold Schwarzenegger aseguró que “Somos la última generación que puede frenar el cambio climático”.
Según datos de la ONU, los últimos cuatro años fueron los más cálidos y las emisiones contaminantes subieron tras tres años de estancamiento. Científicos advierten del incremento de inundaciones, deshielo del Ártico, aumento del nivel del mar, sequías, incendios y extinción de especies.
El objetivo de esta cumbre es tomar medidas para limitar la subida de la temperatura global a finales de este siglo en 1,5°C sobre los niveles pre-industriales. Con las políticas actuales, es subida sería de 3,2°C y conllevaría consecuencias catastróficas para el planeta. Para que el aumento se contenga en 2 grados los países deberían triplicar sus reducciones actuales de gases contaminantes.
La semana pasada, la Unión Europea había presentado su estrategia para que en 2050 el bloque no use ni carbón, ni gas natural, ni petróleo y para que reduzca a cero sus emisiones de gases contaminantes.
Asimismo, en un evento paralelo al G20 en Argentina, los cancilleres de Francia y China firmaron un compromiso de unir esfuerzos en la lucha contra el cambio climático. El comunicado advierte que el calentamiento de la atmósfera terrestre pone en riesgo la “reducción de la pobreza y el desarrollo humano” y que “queda poco tiempo para actuar”.
En el documento final del G20 de Argentina, se incluyó un apartado sobre el cambio climático, que detalla: “Los firmantes del Acuerdo de París, que también se unieron al Plan de Acción de Hamburgo, reafirman que el Acuerdo de París es irreversible y se comprometen a su completa implementación”. También, reitera el desafío de seguir luchando contra el cambio climático.
En contrapartida, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump – que el año pasado anunció que retiraba a su país del Acuerdo de París – pidió que en el documento se agregue un apartado exponiendo que “los Estados Unidos reiteran su decisión de retirarse del tratado de París”.
En varias oportunidades, Trump ha manifestado que “no cree en el calentamiento de la atmósfera terrestre”. Parecería que Brasil, otro país clave para frenar el calentamiento global, podría seguir los pasos de Estados Unidos tras la elección de Jair Bolsonaro como presidente.
Durante años la estrategia energética de los países desarrollados fue el autoabastecimiento en petróleo y carbón, con el objeto de posicionarse mejor en su desarrollo industrial y económico.
Hoy la variable ambiental le pone límites y los EEUU no están dispuestos a resignar sus aspiraciones aunque por ello perjudiquen al planeta.
El desafío de este siglo es poder desarrollar estrategias globales para beneficios de todas las sociedades. Como son los temas ambientales, de los inmigrantes, de las crisis humanitarias por el hambre y las guerras, entre otros.